Ni de su pelo, por supuesto.
No me enamoré ni de su sonrisa ni de su forma de ser.
No me enamoré de como viste, ni de cómo me abraza
ni de como me mira y mucho menos de sus comisuras.
No me enamoró su forma de decir "te quiero".
No me enamoré de él.
No me enamoré, y menos aún lo quise.
Tan solo no puedo vivir sin sus besos, los cuales tanto odio.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas sobre esto?