Acabo de salir de la ducha y me es difícil respirar con todo este vapor.
El espejo está empañado, pero al pasar la toalla me puedo ver con más nitidez.
Me miro. Me observo.
De repente recorro todo mi cuerpo, empapado, con la mirada, y me quedo alucionada.
Cada curva perfecta, cada extremidad, el pelo, la cara, el ombligo...
Una gota resbala por en medio de mi pecho y muere en él.
Levanto la mano, casi sin pensarlo, y me quedo observando mis huellas dactilares.
Me vuelvo a mirar, a los ojos, y me doy la espalda.
Tan solo me quedo ahí parada, sobre la alfombra mojada del baño, pensando.
Meditando sobre cosas que creí haber olvidado. Y comienzo a pensar en él...
Y entonces me doy cuenta de que, esté donde esté, cómo, cuándo y con quién esté,
siempre acabo pensando en él.
Y me vuelvo a mirar, y me digo:
+Estúpida niña enamoradiza.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas sobre esto?