Hacía mucho tiempo que no caminaba sola por ahí.
Me gustó encontrarme conmigo misma, pero no tanto como perderme.
Tu voz me llamaba y como ya no quería saber nada de ti la ignoré. Era el momento perfecto para huir, y así lo hice.
Era otoño y las hojas de aquellos árboles caían cada vez más rápido. Una pequeña llovizna humedeció mi cara.
Y empecé a correr hacia atrás, buscándote.
No había nadie ni nada en aquel campo fantasma. Empecé a preocuparme; porque sabía que no estaba sola.
Una sombra tras otra cruzaban los árboles y yo las seguía sabiendo perfectamente lo que hacía.
Algo ocurrió y paré. Estabas ahí, esos eran tus ojos.
Pero hubo algo que cambió, no eras un humano. Un lobo invadió mi mente y me dije a mi misma:
Caperucita Roja.
Todo empezó el día que empecé a leer, quería hacer eso, eso era lo que deseaba. Comencé a escribir y fue como una droga, me desahogaba en el papel, en las teclas, donde fuera siempre que hiciera lo que más me gustaba: Escribir. Todo en este blog está escrito por mi, y lo que sea copiado será señalado. Soy Paula, nada más, y estos son mis sentimientos. Gracias por tu visita, y comenta y comparte tus gustos!
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